GERENCIA POR RESULTADOS.
La mayoría de los negocios no logran alcanzar todo su
potencial, porque dedican sus esfuerzos y recursos hacia el 90% de las
actividades, que sólo producen el 10% de los resultados. Para obtener
resultados económicos, es necesario ver la empresa como un todo, identificar
unas cuantas oportunidades que se ajusten a lo que hace mejor, y concentrar sus
recursos humanos y financieros en ellas.
AREAS DE RESULTADO.
El proceso debe comenzar analizando todas las áreas de
resultado de la empresa: productos y servicios, mercados, y canales de
distribución.
Sus productos o servicios.
Definir sus productos es una tarea compleja.
Generalmente, la gente de mercadeo, finanzas y manufactura, perciben a los productos
de forma distinta. Por ejemplo ¿qué ocurre con el producto que viene en
diferentes colores o tamaños? ¿o los productos que se venden juntos con fines
promociónales? ¿es cada uno un producto separado o una variación del mismo?
Todos juntos deben decidir cuál es el producto antes de medir sus costos y cuál
es su contribución económica a la empresa.
Mercados y canales de distribución.
Cada uno de sus mercados y de sus canales produce
ganancias y comparte sus costos. Es importante analizarlos con detalle, un buen
producto puede ser ofrecido al cliente o al canal de distribución equivocado.
Un análisis detallado puede revelar que es necesario satisfacer a más de un
cliente, el usuario final y también al canal de distribución. Esto no es fácil
de hacer, cada uno de ellos puede tener expectativas y deseos distintos.
VENTAS Y RECURSOS.
Al analizar en detalle sus productos, los ingresos que
generan, los recursos que consumen, su posición en el mercado, su rentabilidad,
podrá clasificarlos y concentrarse en aquellos que ofrezcan oportunidades.
Transacciones.
Es posible que mantener ciertos productos cueste más
que lo indicado por su sistema contable. La contabilidad de costos tradicional
puede desorientar, distribuyendo los costos totales de la empresa entre los
distintos productos, en proporción a sus resultados. Esto es sólo cierto para
empresas que producen un solo producto. Para entender el verdadero costo de un
producto debe comprender un fenómeno social: el primer 10% de los eventos
produce el 90% de los resultados. Es decir, la mayoría de los eventos producen
pocos resultados. Es así como la mayor parte de los ingresos de un producto
pueden venir de un pequeño número de clientes, unos cuantos vendedores pueden
realizar la mayoría de las ventas, y así sucesivamente. Intente definir sus
costos en términos de transacciones, los costos son proporcionales a estas, así
que tendrá una mejor idea de sus resultados. ¿Qué es una transacción? Depende
del producto o servicio. Puede ser la cantidad de facturas, envíos u órdenes de
ventas realizadas. Para un fabricante de equipos a la medida, puede ser la
cantidad de propuestas necesarias para obtener un pedido. Para un mayorista, la
cantidad de llamadas requeridas para obtener $1 millón en pedidos. Cuesta casi
lo mismo obtener un pedido de $500 que uno de $50.000. ¿Por qué no enfocar sus
esfuerzos hacia lograr los pedidos grandes?
Liderazgo.
Basado en sus definiciones de “producto”, “cliente” y
“transacción”, debe determinar la posición de liderazgo del producto. Comience
por definir “liderazgo” como la preferencia y disposición de su cliente a pagar
por el producto o servicio. Puede ser el líder en precio, confiabilidad,
asistencia, facilidad de uso, etc. Pero cualquiera sea el área de liderazgo, se
basa en la idea de calidad que tienen sus clientes, no usted. Ninguna empresa
puede triunfar sin ser líder en alguna de las áreas, aún si las ventas y
ganancias son altas. El liderazgo tampoco está definido por la participación
del mercado. Muchas compañías con grandes participaciones en el mercado no son
tan rentables como otras que no tienen tanta. Muchas empresas con gran
participación pueden “pagar” por su liderazgo reduciendo su rentabilidad.
Distribución de recursos.
Los recursos y esfuerzos se ubicarán por si mismos en
el 90% de los eventos que producen poco o nada de los resultados. Es por ello
que es fácil equivocarse en la distribución. Una empresa de bienes de consumo
masivo descubrió que ¾ de su presupuesto de publicidad estaba destinado a 4
productos que luchaban para sobrevivir. Este dinero debió ser invertido en
productos que producían la mayor parte de ingresos a la empresa y que tenían el
mayor potencial de liderazgo y crecimiento. A menudo las empresas emplean su
mejor capital humano en solucionar problemas, o en rejuvenecer una vieja línea
de productos. Esto es desperdicio de recursos. Cuando se estudian los recursos,
debe preguntarse: ¿Cuánto cuesta, dónde y por qué? Para obtener resultados,
debe concentrar su mejor personal y su dinero en las oportunidades más
prometedoras e importantes.
Categorías de producto.
Ahora analice su ubicación de recursos a la luz de las
categorías comunes en las que se ubican los productos:
1. El triunfador de hoy: son los productos viejos, que
han madurado y producen ingresos. Asegúrese de no dedicarles recursos extra,
creyendo que pueden crecer aún más.
2. Los triunfadores de mañana: están dirigidos a
mercados rentables y grandes, alcanzarán el crecimiento sin ningún cambio
sustancial. Su desempeño actual es tan bueno, que no se le asignan los recursos
necesarios para desarrollar todo su potencial.
3. Especiales y productivos: son los líderes en
mercados limitados y únicos. Idealmente estos son subproductos de artículos de
alto volumen. Debido a su poco volumen de ventas, deberían contribuir más a las
ventas que el producto promedio, y menos del promedio en los costos. En
general, a éstos se les debería dar recursos limitados.
4. Productos en desarrollo: son las estrellas futuras,
con un potencial enorme pero no probado. El potencial de estos productos
permite destinarles más recursos de lo que sugieren sus ganancias actuales.
5. Fracasos: usualmente son tan obvios que son
terminados sin desperdicio de recursos en el diagnóstico o tratamiento.
6. Los triunfadores de ayer: aún venden con alto
volumen, pero ya no aportan mucho a la ganancia. Se mantienen vivos sólo por
las reducciones en sus precios y por la gran publicidad. Han ayudado a
construir la empresa, pero nada detiene su caída.
7. En reparación: tienen un volumen significativo,
liderazgo y potencial de crecimiento. Sólo necesitan corregir un defecto obvio,
que lo llevaría a resultados excepcionales. El problema podría ser tan sencillo
como estar dirigido a los clientes o canales de distribución erróneos, o la
necesidad de una característica adicional para el producto.
8. Especiales innecesarios: resultan en demasiadas
variaciones de un producto, deberían ser reemplazados por un producto que logre
grandes volúmenes de ventas.
9. Especiales injustificados: proporcionan diferenciación
sin sentido y con costos extras que los clientes no estarán dispuestos a pagar.
Por ejemplo, productos estándares en diferentes colores o con características
extra. Los recursos que se usan están en desproporción con los ingresos
percibidos.
10. Inversiones en el ego gerencial: son comunes,
peligrosos y difíciles de eliminar. La inversión conlleva a inversiones en
esfuerzos repetidos para hacer que estos productos triunfen en el mercado.
Debido a que muchos productos fracasan, el mejor enfoque es tratar como máximo
dos veces, si no funciona, hay que intentar con otro.
11. Las cenicientas: son mejores de lo esperado, sin
necesidad de apoyo ni recursos. Estos productos durmientes pueden estar
contenidos debido a que su éxito amenaza los productos favoritos de la gerencia
o acelera el declive de los productos viejos de la empresa.
Diagnostique el producto cambiante.
Una vez que usted ya conozca el perfil de su producto
o servicio, utilice estas reglas para predecir como cambiará:
- Haga seguimiento al desempeño contra las
expectativas específicas. Si encuentra una desviación significativa, analice y
clasifique nuevamente al producto. Busque específicamente productos tipo ego
gerencial, ceniciento y especial injustificado.
- Emplee ciclos de vida de producto como una
herramienta para predecir los resultados. Un producto puede devorar los
recursos y no producir ningún retorno en su infancia, pero al alcanzar la
juventud recuperar la inversión. Deje de invertir en un producto maduro tan
pronto como haya alcanzado el máximo del retorno.
SU ESTRUCTURA DE COSTOS.
Para hacer que sus negocios sean más eficientes,
piense en los costos y gastos en los que incurre para obtener resultados. Un
gasto que no produce resultados es un desperdicio, no un costo. Para controlar
los costos, siga los siguientes consejos:
1. No reduzca los costos en un área que incrementará
costos en otra.
2. Céntrese en el 10% de las actividades que crean el
90% de los costos.
3. Elimine cualquier actividad que sea cuestionable.
¿Por qué intentar hacer barato lo que no se debería hacer de un todo?
4. Defina y analice los costos en términos de un grupo
de actividades que producen valor económico. Materia prima, producción,
distribución, mantenimiento y otros gastos, son las principales actividades
responsables por la mayoría de los costos.
Muchas de estas actividades pueden ocurrir fuera de
los límites de su empresa (donde un proveedor, por ejemplo). Pero a los
clientes no les importa cuáles son los costos, ni dónde se incurren, para satisfacerles
sus necesidades.
Centros de costos.
Es en los centros de costos dónde las reducciones
significativas pueden crear ahorros sustanciales. El área de manufactura
raramente califica, ya que los ingenieros industriales han trabajado en
eficiencia de plantas por años. Sólo una gran innovación tecnológica puede
llegar a reducir los costos significativamente. Frecuentemente, ver a la
empresa como un todo revela un gran potencial de reducción en estos centros de
costos:
- Dinero: en el costo de capital se pueden obtener
resultados significativos. Es más fácil acelerar la circulación del dinero que
mejorar los márgenes de ganancias. Pocas cosas son tan costosas como una mala
estructura financiera. Las empresas deben emplear la estructura que les ayude a
utilizar el dinero de forma más eficiente. Por ejemplo, utilizar financiamiento
a largo plazo para cubrir necesidades a corto plazo, es malgastar el dinero.
- Sistemas de distribución: fíjese en los grandes
costos de cada nivel del proceso de distribución. Se puede ahorrar dinero si
las distintas empresas que participan trabajan juntas para mejorar la
eficiencia.
- Materia prima: trate de
obtener el mejor desempeño de su producto con los materiales de menor costo.
Esa tarea debería comenzar en el proceso de diseño del producto.
Puntos de costos.
Fíjese bien en los puntos de costo, son las
actividades que abarcan la mayoría de los gastos en cualquier centro de costo.
En el centro de costos “dinero”, por ejemplo, podría ser el precio que usted
paga por mantener cuentas por cobrar por mucho tiempo. Identifique los puntos
de costo más altos, luego determine las posibles reducciones que tienen mayor
potencial para afectar las ganancias. Puede hallar oportunidades para reducir
costos en los materiales de empaque, en almacenaje e inventario, en manejo de
pedidos, crédito y cobranza, y transporte.
Categorías de puntos de costo.
Las 4 principales categorías de puntos de costo son:
1. Costos productivos: manufactura, ventas y
desarrollo de conocimiento, todos proveen valor al cliente. Hay que incrementar
estos costos siempre y cuando generen mayor retorno sobre su inversión. En vez
de centrarse en reducir los costos productivos, centre sus recursos en las
oportunidades para ganar los mejores resultados con el menor gasto posible.
2. Costos de apoyo: transporte, manejo de pedidos y
contabilidad. No brindan valor al cliente, pero son esenciales para la
operación. Si no le es posible eliminarlos, minimícelos. Rediseñe o reorganice
tales actividades en un proceso integrado que haga el trabajo al menor costo.
3. Costos de policía: son actividades que le dan
señales de advertencia sobre cómo se vende su producto, qué está haciendo su
competencia o dónde fallan sus procesos de manufactura. Aunque es necesario
saber el momento de reemplazar su tecnología o si sus proveedores son
ineficientes, elimine los costos de policía que excedan los costos de no
hacerlo.
4. Desperdicio: resultan de gastos que no producen
ningún resultado. Elimine cualquier actividad que no sea rentable, así tenga
que rediseñar todo el negocio, o cambiar sus prácticas operativas, equipos o
políticas.
ANÁLISIS DEL MERCADO.
Hasta ahora, hemos analizado que tal lo hace. El
análisis del mercado le dirá si está haciendo lo correcto, cuál es su verdadero
negocio, y cuál debería ser. Los clientes compran utilidad y satisfacción, no
objetos. A ellos les importa lo que el producto hace por ellos, no cuán difícil
o costoso sea su fabricación. Para empezar el análisis, es necesario plantearse
preguntas como: ¿Quién es el cliente? ¿Dónde se encuentra? ¿Cómo compra? ¿Qué
considera valioso? ¿Qué necesidades satisface nuestro producto? ¿Qué rol juega
nuestro producto en la vida del cliente? ¿Quiénes son los competidores directos
e indirectos? ¿Qué están haciendo ahora? ¿Qué podrían hacer mañana? Luego de
responderlas, plantéese estas otras preguntas:
1. ¿Cómo gastan nuestros clientes su tiempo y dinero?
2. ¿Quién no compra nuestros productos y por qué?
3. ¿Compiten con nosotros otros productos y servicios
que satisfacen a nuestros mismos clientes? ¿cómo podemos brindar esa misma
satisfacción o mejorarla?
4. ¿Qué servicios o productos llenan áreas importantes
de satisfacción que servimos o podríamos servir en el futuro?
5. ¿Quiénes no son nuestra competencia y por qué?
Tenga cuidado con los nuevos entrantes que ofrecen nuevas formas de satisfacer
necesidades, podrían volverse competidores.
6. ¿Qué oportunidades estamos perdiendo por no
considerar a estos no competidores parte de nuestra industria?
EL NEGOCIO ES CONOCIMIENTO.
Cuando los clientes compran sus productos o servicios,
en realidad lo que compran es su conocimiento. Este conocimiento no es más que
información aplicada en formas que contribuyen a la satisfacción del cliente y
a su liderazgo de producto. Para establecer metas y medir el conocimiento,
determine qué hace bien y qué no. Puede encontrar las claves de su conocimiento
particular en los patrones de éxito y fracaso de su empresa.
Concéntrese.
Una empresa puede sobresalir en varias áreas del
conocimiento, pero la verdadera recompensa económica proviene de concentrarse
en hacer unas cuantas cosas excelentemente. Para analizar las áreas de
conocimiento de su empresa, pregúntese:
1. ¿Poseemos el conocimiento correcto? ¿Explotamos las
oportunidades que tienen potencial para ganar liderazgo en el mercado y obtener
ganancias sustanciales?
2. ¿Los clientes nos pagan dinero por el conocimiento
que brindamos?
3. ¿Nuestro conocimiento está presente en nuestros
productos y servicios?
4. ¿Cómo podemos mejorar? ¿Qué nos hace falta, y cómo
conseguirlo?
Una vez obtenidas las respuestas, vuelva al análisis
de su cliente para ver dónde se puede estar perdiendo las oportunidades para
satisfacer sus necesidades.
BUSQUE OPORTUNIDADES.
Existen tres enfoques que han sido probados y que
pueden convertir un análisis económico en un programa efectivo para la acción.
Estos pueden ayudarle a construir sus fortalezas y buscar oportunidades en
lugar de problemas:
1. Siga el modelo de negocio ideal: primero encuentre
qué desea el mercado, después diseñe su negocio para que le brinde el máximo
resultado con el conocimiento que tiene. Sloan usó este enfoque para
transformar a General Motors en un gran éxito, primero analizó el mercado y
decidió que 5 modelos lo satisfacerían, cada uno para una clase diferente de
precio/desempeño. Hasta entonces, los fabricantes de automóviles se
concentraban sólo en los segmentos bajos y altos. Cuando se diseña el negocio
ideal, se halla una clara dirección para sus esfuerzos y una medida confiable
para sus resultados. Mientras más cerca está su negocio del ideal, mayor es la
probabilidad de hallar rentabilidad.
2. Maximice sus oportunidades: enfoque los recursos en
los grandes pasos que proveerán los mayores beneficios tan pronto como sea
posible. Cuando se concentra en maximizar las oportunidades, usted descubre qué
actividades valen la pena desarrollar y cuáles deberían ser abandonadas. El
resultado puede ser un incremento tanto en las ganancias como en el
conocimiento.
3. Coteje los mejores resultados y oportunidades:
concentre sus esfuerzos en donde usted tenga el mayor potencial para obtener
mejores resultados. Ubique el personal más apto y productivo para trabajar en
las oportunidades más prometedoras. La casa Rothschild creció cotejando las
habilidades de su mejor recurso (4 hijos) a 4 grandes oportunidades en
finanzas. Se asignó un hijo en cada una de las grandes ciudades: Lonres, París,
Viena y Frankfurt. Así desarrollaron una red privada de información e
inteligencia que le dio a Rothchild un monopolio virtual en el conocimiento
rápido y confiable de los asuntos mundiales. Aunque la familia tenía un quinto
hijo, a él no lo asignaron a ningún sitio debido que carecía de la habilidad y
del conocimiento de la industria, jamás hay que confiar una gran oportunidad a
la mediocridad.
Busque a los ganadores y a los perdedores.
Debe darle mayor prioridad a los productos y mercados
que encajen mejor con su diseño de negocio ideal. La mayor oportunidad puede
estar en los triunfadores y durmientes de mañana, o en el nuevo conocimiento o
canal de distribución. Igualmente hay que centrarse en las oportunidades para
el abandono rápido de productos o procesos. Cuando cuesta más continuar o
desarrollar una actividad que abandonarla, hay que eliminarla. Esto libera los
recursos y estimula la investigación para algo nuevo y mejor.
Un acto de equilibrio.
Además de maximizar las oportunidades existentes en
los negocios de hoy, hay que hallar y explotar el potencial para crear un
futuro exitoso. Puede existir potencial, por ejemplo, en los desequilibrios del
negocio. Toda empresa crece constantemente en un área, mientras que se reduce
en otra. Pero los desequilibrios crónicos emplean mayores recursos y no ofrecen
casi resultados. Los costos totales tienden a ser proporcionales a los costos
de los esfuerzos productivos más necesitados, aún cuando los resultados sean
proporcionales al volumen. Por ejemplo, una fuerza de ventas grande exige un
apoyo similar en contabilidad, manejo de pedidos, supervisión y entrenamiento
ya sea que produzca $15 mil o $150 mil en ventas. El apoyo necesario para la
fuerza de ventas de $15 millones puede no estar en balance con los resultados
que alcanza. El desequilibrio a menudo proviene del apoyo o de actividades de
desperdicio. La solución es reducir la causa de tal desequilibrio, cuando éste
yace en un gran esfuerzo productivo, puede haber una oportunidad, pero es
necesario innovar.
UN PROGRAMA PARA EL DESEMPEÑO.
Incluso aquellas empresas que maximizan su
conocimiento deben trabajar con recursos finitos. Pero aquellos que desarrollan
un programa único para el desempeño, logran los mejores resultados de los
recursos que poseen.
¿Cómo empezar?
Primero debe examinar la idea de su negocio. Forme un
panorama de él y de sus habilidades. ¿Cómo describiría su empresa? ¿Cuáles son
sus capacidades? ¿Qué satisfacciones suministra al mercado? Luego debe evaluar
las áreas de excelencia y conocimiento, esto ayuda a determinar en dónde debe
invertir sus esfuerzos. La definición de su excelencia debería ser lo suficientemente
amplia para brindarle flexibilidad, pero lo suficientemente limitada para
ayudarle a enfocarse en sus recursos. Finalmente, hay que establecer las
prioridades. No existe una fórmula para hacerlo, pero puede y debe tomar
decisiones sobre sus prioridades en forma sistemática. No las delegue, deben
provenir de la alta gerencia.
Cómo trazar estrategias.
No importa cuál sea el producto o servicio que se
ofrezca, hay muchas oportunidades que aprovechar, y muchos riesgos que
afrontar:
1. Oportunidades: los principales tipos de
oportunidades en los negocios son:
- Oportunidades aditivas: explotan los recursos
existentes al mismo tiempo que limitan los riesgos. Por supuesto, las
recompensas potenciales son igualmente limitadas. Ejemplo: un fabricante de papel
podría expandir su negocio de suministro a imprentas hacia el mercado de
productos de oficina.
- Oportunidades complementarias: están relacionadas a
las que ya existen en el negocio, pero que requieren al menos de una nueva área
de conocimiento en la cual la excelencia debe ser obtenida. Su mayor riesgo
debería estar balanceado por una recompensa de mayor potencial. Ejemplo: el
fabricante de papel que se especializa en empaques, podría adquirir una empresa
que fabrique paquetes de plástico.
- Oportunidades radicales: hacen cambios fundamentales
en su negocio, requieren de inversiones sustanciales, implican mayores riesgos
y ofrecen mayores recompensas potenciales. Ejemplo: Xerox, una pequeña compañía
con pocos recursos, pidió un préstamo de $40 millones para desarrollar un
producto innovador, la fotocopiadora.
2. Riesgos:
cada oportunidad implica su propio tipo y grado de riesgo. Estos son:
- Riesgos inherentes: son los riesgos diarios que todo
negocio debe aceptar. Muchos están cubiertos por los seguros, las relaciones
públicas o el personal legal, pero otros escapan hasta de la supervisión más
cuidadosa. Ejemplo: las empresas farmacéuticas arriesgan mucho cada vez que
introducen un nuevo medicamento, pero no tienen otra alternativa.
- Riesgos aceptables: la pérdida potencial de dinero y
tiempo son uno de los riesgos inherentes en cualquier oportunidad. Sin embargo,
estos no amenazan la supervivencia de su empresa. Ejemplo: la larga batalla de
Sony por el mercado del VHS, aunque su formato Beta perdió ante el VHS, la
compañía permaneció financieramente saludable.
- Riesgos incosteables: estos riesgos podrían poner en
peligro la existencia de una empresa. Estos incluyen el riesgo la inhabilidad
de explotar su éxito inicial. Siempre hay que preguntarse, ¿poseemos el capital
y las habilidades (o podemos adquirirlo) para sacar ventaja de un éxito
temprano?
- Riesgos requeridos: las oportunidades radicales
implican riesgos mayores, estos riesgos deben asumirse, sin embargo, porque
facilitan a la empresa desarrollar todo su potencial. Ejemplo: como el
principal proveedor de fuentes de energía, General Electric decidió que no
podía permanecer fuera del mercado de la energía atómica.
MÁS HERRAMIENTAS DE PLANIFICACIÓN.
El plan general de su empresa debería enfocar todos
sus recursos en el desempeño. Estas técnicas pueden ayudarle a alcanzar sus
metas y objetivos:
- Haga de la responsabilidad parte del desempeño en el
trabajo de cada uno de sus empleados. Sea específico: ¿qué resultados espera de
ellos y cuándo?
- Revise todas las propuestas de nuevos negocios,
nuevos gastos o nuevos productos, en términos de su impacto potencial en los
resultados de toda la empresa. ¿Harán dichas propuestas el mejor uso de los
recursos de la empresa, y apoyarán sus objetivos?
- Supervise el desempeño de todos sus productos y
procesos cada tres años. ¿Ha cumplido el producto o actividad con las
expectativas?
- Defina y recompense cada trabajo de acuerdo a su
contribución con los resultados. Deje que la gente sepa cómo contribuye al negocio
con su conocimiento y trabajo. Tome decisiones respecto al personal que afirmen
lo que la organización desea.
BIBLIOGRAFÍA.
Resumen del libro: Gerencia Por Resultados.
Escrito por: Peter Drucker.
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