EL
FUNDAMENTO.
No hay
términos más utilizados y, a la vez, más incomprendidos que “misión” y
“valores”. Por lo general, a pesar de todo el esfuerzo invertido en crear la
misión y los valores de la compañía, estos dos terminan por convertirse en
palabras huecas, incapaces de inspirar o atraer a nadie. La misión y los
valores deben ser reales. La misión es el rumbo que debe seguir la compañía, y
los valores son el tipo de comportamiento necesario para que se siga dicho rumbo.
La
misión.
Una misión
efectiva debe responder a la siguiente interrogante: ¿Cómo pretendemos triunfar
en este negocio? Esta es una interrogante fundamental porque obliga a la
compañía a identificar sus fortalezas y debilidades, y a determinar cómo pueden
ser aprovechadas desde un punto de vista competitivo. Ningún objetivo social
tiene sentido si no tenemos éxito financiero. Esto no quiere decir que la
misión no pueda ser audaz o pretenciosa. De hecho, este tipo de misiones suelen
inspirar y motivar a la gente. Al final, una buena misión debe incluir un
balance entre lo posible y lo imposible. Esta debe señalar la dirección hacia
la rentabilidad e inspirar un sentimiento de que se es parte de algo grande e
importante. Finalmente, dado que se trata de un momento fundamental para los
líderes de la compañía, la misión debe ser establecida por la alta gerencia.
Los
valores.
Los valores
deben ser lo suficientemente específicos y descriptivos como para que no quede
nada a la imaginación. Recuerde que los valores son las órdenes que echan a
andar a la compañía. A diferencia de la misión, los valores deben ser
determinados por todo el mundo en la compañía. Esto es un poco desastroso, pero
absolutamente necesario. Los valores son palabras según las cuales tendrán que
vivir todos.
Puntos
importantes.
1. Es
importante premiar a quienes asumen los valores de la compañía, y castigar a
quienes no.
2. Para que
la misión y los valores funcionen realmente en conjunto, deben reforzarse
mutuamente. Esto parece obvio, pero es fácil pasarlo por alto.
3. Nunca
llegaremos lejos si la misión y los valores no son tan claros y reales como
deberían serlo. Invierta tiempo y energía en esto.
Sinceridad:
el mejor secreto en los negocios.
La
sinceridad permite que todo funcione mejor y más rápido. La falta de sinceridad
obstaculiza las buenas ideas y la rapidez al actuar. Si la gente no se expresa
con sinceridad, le hará mucho daño a las operaciones y a la compañía. ¿Por qué
la sinceridad comporta el triunfo? Primero y principal, permite que más gente
interactúe; y, por tanto, se discuten más ideas. Segundo, genera velocidad. Las
nuevas ideas pueden ser discutidas y puestas en práctica con celeridad.
Tercero, la sinceridad permite reducir los costos porque elimina las reuniones
sin sentido y los reportes innecesarios. Pero, entonces, ¿por qué no somos más
sinceros? Porque la sinceridad pone nerviosa a la gente. Desde niños nos
enseñan a suavizar las malas noticias o a escapar de los temas embarazosos.
Decir la verdad puede generar rabia y resentimiento; por lo que es mejor no
hacerlo. Obviamente, es difícil inculcar la sinceridad en cualquier grupo;
pero, de nuevo, es algo que debe existir en una compañía. Retribuya y alabe
públicamente a quienes sean sinceros. Pero recuerde que mostrar sinceridad es
un verdadero riesgo. De hecho, la sinceridad puede hacer que ciertas personas
pierdan su empleo. Así que es mejor que la sinceridad sea inculcada desde
arriba.
Cruel y
darwiniano.
Las
compañías triunfan cuando los gerentes distinguen los mejores empleados de los
peores. Los gerentes deberían rechazar a los débiles y cultivar a los fuertes.
La compañía sufre cuando las personas son tratadas por igual. Se deben invertir
más recursos en los buenos negocios que en los malos negocios. Y debemos seguir
el mismo principio con las personas. Los gerentes deben tratar a sus mejores
empleados como estrellas. Los empleados comunes deben ser motivados y deben
recibir entrenamiento. Y los peores deben ser despedidos. No es tan cruel como
parece. Por lo general, los despedidos logran desarrollar carreras exitosas en
otras industrias. Recuerde que la gente se siente bien y satisfecha cuando hace
algo en lo que es buena. Con toda seguridad, los despedidos no servían para sus
cargos. En ciertas compañías, este proceso se ve afectado por el favoritismo y
el amiguismo. Pero este es un sistema que no dura y que se derrumba por su
propio peso. Una última cosa: la diferenciación sólo molesta a los peores.
VOZ Y
DIGNIDAD.
Toda
persona desea tener voz o la oportunidad de dar su opinión y ser escuchada. Del
mismo modo, todo el mundo quiere dignidad o el respeto por el trabajo y la
individualidad. Aunque todos merecen voz y dignidad, las cosas son diferentes
en el lugar de trabajo. Las ideas y opiniones de los empleados en los
escalafones más bajos no suelen ser escuchadas. A veces, la gerencia acalla las
voces de los pocos que se atreven a hablar. En otras ocasiones, los
trabajadores deciden no hablar por miedo a ser censurados. Hay que buscar el
modo de que todo el mundo dé su opinión. Asimismo, es preciso crear una cultura
en la que todo el mundo respete la opinión ajena. Realmente todas las compañías
necesitan esto.
Su
Compañía.
Liderazgo:
no tiene que ver con usted.
Cuando uno
obtiene un alto cargo, todo cambia. El liderazgo supone un comportamiento
diferente. Antes de llegar a la posición de líder, nuestro éxito depende de
nuestro crecimiento personal. Pero, ahora que uno es líder, el éxito depende
del crecimiento de los demás. Hay ocho reglas del liderazgo:
1. Los
líderes renuevan constantemente su equipo:
1.1.
Evaluación: procuran que los cargos estén ocupados por las personas correctas.
1.2.
Entrenamiento: procuran que los integrantes del equipo mejoren.
1.3. Crean
confianza: reconocen y animan a los miembros del equipo.
2. Los
líderes no sólo deben asegurarse de que los empleados vean la misión, sino de
que la vivan: es importante evitar las jergas y mantener la visión simple y
clara. También es importante hablar con todo el mundo y no sólo con nuestros
subordinados o colegas.
3. Los
líderes se meten en los zapatos de todo el mundo y exudan así energías
positivas y optimismo: una buena personalidad se filtra por toda la
organización. Los líderes son encantadores.
4. Los
líderes crean confianza con su sinceridad, transparencia y méritos: sea honesto
con todo el mundo en la compañía. No permita que su cargo se le suba a la
cabeza.
5. Los
líderes tienen el coraje de tomar decisiones impopulares: el líder no existe
para hacer que todo el mundo sea feliz, sino para liderar.
6. Los
líderes indagan con una curiosidad que raya en el escepticismo: pregunte
constantemente y asegúrese de tocar puntos que lleven a la acción.
7. Los
líderes fomentan el riesgo y el aprendizaje con el ejemplo: si queremos que
nuestra gente haga algo nuevo, debemos hacerlo primero nosotros.
8. Los
líderes celebran: reconozca los logros de su equipo y celébrelos en grande.
Contratar
personal: madera de ganadores.
Contratar
buenos empleados es una tarea dificilísima. Y, sin embargo, no hay nada más importante
que contratar a la mejor gente. Existen tres factores que debemos tomar en
cuenta antes de contratar a alguien:
1.
Integridad: el candidato debe mostrar la capacidad de decir la verdad, mantener
la palabra, hacerse responsable, admitir los errores y rectificarlos.
2.
Inteligencia: el candidato debe mostrar una buena cantidad de curiosidad
intelectual.
3. Madurez:
el candidato debe ser capaz de soportar el estrés y de disfrutar el éxito sin
ser arrogante.
También se
puede aplicar la prueba 4-E 1-P, para ver si el candidato cumple con los
siguientes requisitos:
1. Energía
positiva: la habilidad de prosperar en términos prácticos.
2.
Habilidad de energizar a otros: mediante sus conocimientos sobre el negocio y
una gran capacidad de persuasión.
3. Mordacidad:
el coraje de tomar decisiones rápidas.
4.
Ejecutar: la capacidad de llevar a cabo el trabajo.
5. Pasión:
una auténtica emoción por el trabajo.
Cuando se
trate de contratar personal para la alta gerencia, debemos buscar las
siguientes características:
1.
Autenticidad: un líder no puede tomar decisiones de envergadura si no sabe
quién es y cuál es su cometido.
2.
Habilidad para visualizar el futuro: capacidad de anticipar lo radicalmente
inesperado.
3. La
propensión a rodearse de gente mejor y más inteligente: que lo ayuden a tomar
las mejores decisiones.
4.
Resistencia a prueba de todo: ¿es capaz de aprender de sus errores y continuar?
La
gerencia: tenemos los mejores jugadores, ¿y ahora qué?
Cuando
tenemos los mejores jugadores en el campo, debemos dirigirlos. Estas seis
prácticas que puede ser muy útiles:
1. Déle
primacía a los Recursos Humanos: asegúrese que el departamento de recursos
humanos cuenta con lo necesario para cultivar líderes y carreras. El director
de recursos humanos debería ser el segundo de abordo.
2.
Implemente un sistema de evaluación riguroso y que no sea burocrático: debe
haber un modo simple y claro de medir el rendimiento de los empleados. Los
gerentes deben evaluar a la gente por lo menos una vez al año.
3. Cree
mecanismos efectivos (dinero, reconocimiento, entrenamiento, etc.) para motivar
y conservar a los empleados: quien haya hecho más, recibirá más. Asegúrese de
que los mejores empleados no sólo sean alabados sino que reciban, además,
bonos.
4. Sea
firme: con los sindicatos y mantenga su palabra. No permita que sus mejores
empleados se vuelvan unos monstruos egoístas. Aprenda a gerenciar sus egos. Los
buenos empleados que han topado con un callejón sin salida deben ser ayudados o
descartados si no son capaces de continuar. Finalmente, llámeles la atención a
las personas que causan problemas y, si no cambian, despídalos.
5. No
descuide a los empleados comunes: trátelos como si fueran el alma de la
compañía. Sea atento con ellos y busque posibles estrellas.
6. El
organigrama de la compañía debe ser lo más horizontal posible: las
responsabilidades deben estar claras, así como las personas a las que se les
reporta. Los empleados deben tener claro quiénes son sus superiores.
La
despedida: es difícil decir adiós.
A veces, es
preciso despedir a un empleado. Esta es una terrible experiencia tanto para el
empleado como para el gerente que lo está despidiendo. Cuando se trata de falta
de integridad, despedir a alguien es sencillo. En cambio, cuando se trata de
reveses económicos, la situación es más complicada. Sin embargo, los despedidos
por esta causa no deberían sorprenderse tanto porque todo el mundo sabe cómo
funciona una compañía. Finalmente, los despidos por bajo rendimiento
profesional son los más complejos y delicados. Lo mejor es apretar los dientes
y hacerlo. Hay tres grandes errores a la hora de despedir a alguien:
1. Hacerlo
demasiado rápido: esto podría influir negativamente en el equilibrio de la
oficina.
2. No ser
lo suficientemente sincero: algunas personas no están preparadas para soportar
que las despidan y terminan convirtiéndose en un problema fuera de la compañía.
3. Tardarse
demasiado: y, por tanto, crear tensión entre todo el mundo.
Para
contrarrestar estas situaciones, lo mejor es eliminar las sorpresas y minimizar
la humillación. Para tal fin, lo mejor es que todo el mundo sepa cómo se está
desempeñando.
Cambio:
las montañas se mueven.
El cambio
es un elemento fundamental de cualquier negocio. Las compañías deben cambiar
constantemente para mantenerse en el juego (y para triunfar). Para que el
cambio tenga éxito, debemos adoptar las siguientes prácticas:
1. Las
iniciativas de cambio deben tener un objetivo: el cambio por el cambio es un
desperdicio de energía.
2. Contrate
y promueva sólo a quienes estén verdaderamente convencidos: los verdaderos
agentes de cambio son audaces y no le tienen miedo al cambio.
3. Remueva
a quienes se resisten: incluso a aquellos que tienen un buen rendimiento. Le
hacen perder el tiempo a la compañía porque no comparten la misma visión de
futuro. Además, le bajan la moral a quienes sí han apostado por el cambio.
4. Revise
todos los accidentes: aproveche cualquier oportunidad, incluso aquellas que
surjan del infortunio ajeno.
Crisis
gerencial: de por Dios no, a sí estamos bien.
Las crisis
son duras para todo el mundo, pero sobre todo para los líderes. Durante una
crisis, los líderes se ven forzados a restituir el equilibrio de la compañía.
Deben invertir mucho tiempo y energía en apagar las llamas y, sin embargo,
deben continuar como si nada malo estuviera sucediendo. Para prevenir una
crisis, lo mejor es contar con buenos procesos internos y una cultura de la
integridad. Si no contamos con nada de esto, debemos mantener lo siguiente en
mente:
1. El
problema es peor de lo que parece: hágase a la idea de que se está presentando
el peor escenario posible y comience a trabajar.
2. No hay
secretos en este mundo: todo el mundo se enterará de todo, así que es mejor
sacar los problemas a colación.
3. Usted y
el modo en que su organización está sobrellevando la crisis serán siempre
vistos bajo la peor luz posible: dé su opinión antes de que los medios lo
hagan.
4. Habrá
cambios en los procesos y en la gente: algo tiene que cambiar; a veces, alguien
tiene que pagarla.
5. Después
de que todo pase, la organización saldrá fortalecida: pero sólo si aprende de
la experiencia.
Su
Competencia.
Estrategia:
la salsa lo es todo.
La
estrategia no es más que la asignación de recursos. Es preciso tomar decisiones
claras acerca de cómo competir. Recuerde: no podemos ser todo para todo el
mundo. Las estrategias no tienen que cambiar con mucha frecuencia si están
encaminadas en la dirección correcta. Es importante pensar en la
“descomoditización”. Ofrezca menos bienes y servicios. Pero, a la vez, ofrezca
más productos distintivos, que lo hagan más singular y centrado. A
continuación, tres pasos para crear una estrategia:
1. Busque
una buena idea para su negocio.
2. Coloque
a la gente correcta en los cargos necesarios para sacar adelante dicha idea.
3. Busque
incansablemente las mejores prácticas para llevar a cabo la idea; mejórelas
continuamente.
Presupuesto:
reinventar el ritual.
La mayoría
de las compañías son de lo más inefectivas a la hora de crear el presupuesto,
porque fomentan los comportamientos más improductivos posibles: desde
abultamiento de números hasta conformarse con la mediocridad. Lo mejor a la
hora de hacer un presupuesto es crear un plan de operaciones para el próximo
año, con cifras que se entiende que son objetivos para la compañía. Un plan de operaciones
puede cambiar a medida que las condiciones cambian, mientras que los
presupuestos convencionales no pueden cambiar. Esto le permitirá a la compañía
responder mejor ante los cambios del mercado.
Crecimiento
orgánico: quiere comenzar algo nuevo.
El
crecimiento orgánico supone comenzar algo nuevo desde una compañía ya
establecida. Pero es más fácil decirlo que hacerlo, porque requiere que los
gerentes actúen en contra de sus instintos. Además, es riesgoso y le roba
capital a negocios bien establecidos. Siga estos consejos para propiciar un
crecimiento orgánico:
1. Gaste
mucho dinero por adelantado y coloque a las mejores personas en los puestos de
liderazgo.
2. Hágale
una gran publicidad al potencial y a la importancia del nuevo negocio.
Fusiones
y adquisiciones: algunos pecados mortales.
Las
fusiones y adquisiciones son dos caminos, aparte del crecimiento orgánico, que
las compañías pueden seguir para crecer. Sin embargo, las fusiones y
adquisiciones se parecen a veces a la muerte. De repente, todo aquello por lo
que hemos trabajado parece nulo y vacío. A pesar de todo esto, las compañías
deben tratar de hacer fusiones. Son el camino rápido hacia un crecimiento
rentable. Las fusiones amplían los objetivos, aumentan los productos y
clientes, y permiten que los empleados mejoren. Existen siete errores
relacionados con las fusiones:
1. Creer
que es posible una fusión entre iguales: si este es el caso, nada se hace a la
manera de ninguna de las partes.
2.
Concentrarse demasiado en la evaluación financiera y dejar de lado la
evaluación cultural: las compañías suelen tener distintos modos (a veces,
incompatibles) de hacer negocio.
3. Entrar
en una situación de “rehén al revés”: es decir, que la compañía adquirente ha
hecho tantas concesiones en la compra que luego la compañía adquirida termina
haciéndose con el poder.
4. Una
integración demasiado tímida: una buena fusión debe estar lista en 90 días.
5. El
“síndrome del conquistador”: es decir, la compañía adquirente reemplaza hasta a
los gerentes de la compañía adquirida y cierra así toda posibilidad de que haya
un influjo de nuevo talento.
6. Pagar
demasiado: de modo que no se recuperen los costos tras la integración.
7.
Resistirse al negocio: esto suele ser un acto suicida para la carrera de una
persona. Apoye la dirección que ha elegido la compañía.
Six
sigma: mejor que un viaje al odontólogo.
El Seis
Sigma es un programa de calidad, que mejora la experiencia del cliente,
disminuye los costos y cultiva mejores líderes. Esto se logra reduciendo el
despilfarro y las ineficiencias. El Seis Sigma también se utiliza para diseñar
productos y procesos, de modo que los clientes reciban lo que quieran, cuando
quieran y cuando usted diga que lo ofrecerá. En buena medida, el modo de
ganarse la lealtad de los clientes es satisfacer o superar sus necesidades. El
Seis Sigma permite esto.
Su
Carrera.
El
empleo correcto: consígalo y no tendrá que trabajar más nunca.
¿Cómo
encontrar el empleo correcto? Algunos consejos:
1. El
dinero es importante, muy importante. Determine exactamente cuánto necesita y
tome decisiones a partir de ahí.
2. Si uno
no se lleva bien con los colegas, el trabajo se puede convertir en una tortura.
3. Es muy
atractivo aceptar un empleo en el que uno pueda sobresalir con facilidad, pero,
cualquiera sea el empleo que tomemos, debe plantearnos ciertos desafíos.
4. Trate de
conseguir empleo en una compañía cuya reputación sea tal que lo asocien para
siempre con un buen rendimiento. Aunque hay compañías pequeñas que ofrecen gran
experiencia.
5. Cuando
se trate de su primer empleo, elija algo que le guste al menos en algún
sentido: los clientes, los viajes, los colegas o simplemente el reto.
6. Si está
atrapado en una posición que no le gusta, trabaje más duro.
7. Si lo
despidieron, no caiga en un espiral de inercia y desesperación. Sea optimista y
tenga confianza.
Ser
ascendido: lo siento, no hay atajos.
¿Cómo
lograr un ascenso? La regla es que si uno quiere progresar, debe querer
progresar. En otras palabras, uno mismo se forja su destino en esta materia. Algunos
consejos para obtener un ascenso:
1.
Desempéñese con excelencia, supere las expectativas y haga más de lo que debe
cada vez que tenga la oportunidad.
2. Cultive
su relación con sus subordinados igual que como lo hace con sus superiores.
3. Participe
desde un principio en los principales proyectos de la compañía para que luego
lo tomen en cuenta.
4. Busque
consejo de varios mentores. Recuerde que algunos mentores no parecen mentores.
5. Mantenga
una actitud positiva y propáguela.
Y cosas que
no se deben hacer:
1. Tratar
de que el jefe use sus influencias. Deje que los resultados hablen por sí
mismos; sea sincero y abierto; y no haga alarde de sus objetivos profesionales.
2. Permita
que los reveses lo detengan. Acéptelos con gracia y véalos como desafíos que le
permitirán renovarse.
Maldito
jefe.
Todo el
mundo ha sufrido con un mal jefe. Los malos jefes son el tipo de gente que se
roba el crédito, es incompetente, abusa y humilla, entre otras cosas. En este
tipo de situaciones, uno no se puede hacer la víctima. Esto sería admitir la
derrota. Recuerde que es su problema y sólo usted debe resolverlo. Formúlese
las siguientes interrogantes:
1. ¿Por qué
mi jefe está actuando como un patán? A veces, la respuesta es que simplemente
nuestro jefe es así. Pero si el jefe está ensañado con usted, pregúntese:
¿habré hecho algo para ganarme su desaprobación? Descúbralo.
2. ¿Cuál es
el final del juego para mi jefe? ¿El jefe se está quedando o se está yendo? Si
su jefe logra buenos resultados pero es antipático, no logrará ir a ningún
lado.
3. ¿Qué me
ocurrirá si presento resultados y soporto? Mientras espera que suceda algo,
dedíquese por completo a su trabajo. Ni se le ocurra acusar a su jefe; 90% de
las veces le sale el tiro por la culata al empleado.
4. En todo
caso, ¿por qué trabajo aquí? Evalúe si está obteniendo algo y pregúntese:
¿tiene esto algún sentido? Si no es así, márchese con gracia.
Balance
entre la vida y el trabajo: todo lo que siempre quiso saber sobre tenerlo todo.
Lograr un
balance entre la vida y el trabajo es un proceso. Mejorará con experiencia y
observación. Algunos consejos en este sentido son:
1. Mantenga
su mente en lo que está haciendo.
2. Tenga el
coraje de decirle “no” a las peticiones que estén fuera de su plan para lograr
un balance entre la vida y el trabajo. Es difícil decir “no”, pero si le dice
“si” a todo, perderá el balance.
3.
Asegúrese de que su plan para lograr un balance entre la vida y el trabajo no
lo saque del juego.
Hay algunas
cosas que debe saber si quiere “tenerlo todo”. Fuera del trabajo: determine qué
quiere hacer con su vida. Dentro del trabajo: determine qué quiere su jefe y
entienda que debe hacer eso primero si quiere continuar.
Aquí,
allá y dondequiera: temas que casi se me escapan.
1. China es
inevitable: reduzca costos drásticamente, deshágase de los defectos y aproveche
la distancia entre China y otros mercados. ¡Innove! Busque nuevos nichos en los
que pueda competir. Finalmente, entienda que China no sólo puede ser un rival,
sino, además, un mercado, un subcontratista y un posible socio.
2. Según
una cierta ley noruega, la mitad de la junta corporativa debe estar integrada
por mujeres: esto es ridículo, no porque las mujeres sean incompetentes (de
hecho, no lo son), sino porque este tipo de cuotas van siempre en detrimento de
la competencia.
3. Jeff
Immelt: a Jeff le está yendo muy bien como CEO de General Electric (GE); ha
logrado grandes cambios en la cartera de negocios de GE y ha hecho mucho
énfasis en la diversidad, entre otras cosas.
4. El
futuro de la Unión Europea (UE): muy bien a largo plazo. La creciente
aceptación del capitalismo impulsará con creces a la UE.
5. Las
juntas corporativas cambiarán gracias a la Ley Sarbanes-Oxley :
este tipo de leyes son positivas, pero las leyes por sí mismas nunca garantizarán
un buen gobierno corporativo. Hacen falta además: gente, cultura, control de
procesos y directores fuertes.
6. El sida
en África Oriental: las compañías que triunfan siempre ayudan a las comunidades
dentro de las que operan. Así es como deben funcionar los negocios. Deben
construir escuelas, hospitales y, en general, devolverle algo a las comunidades
adyacentes.
BIBLIOGRAFÍA.
Resumen del libro: Triunfar.
Escrito
por: Jack Welch y Susy Welch.
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